El desmarque, por contra, es un movimiento táctico ofensivo que intenta desbaratar el marcaje del rival: uno o más atacantes se separan rápidamente de los defensores para poder recibir el balón; aunque no logren su objetivo, atraen sobre sí a los defensores, creando espacios vacíos que otros atacantes pueden aprovechar para desmarcarse. Entre los elementos tácticos más destacados cabe citar el marcaje defensivo y el desmarque ofensivo. Mediante el marcaje se intenta evitar que los atacantes avancen hacia la portería o reciban el balón.
Todo ello conduce a un constante ciclo de movimientos (desmarque-marcaje) entre atacantes y defensores, aun cuando la pelota esté en el centro del campo. Cuando dichos movimientos parten de una situación de balón parado (córners, faltas, saques de banda), se habla no de táctica, sino de «jugadas de estrategia». Contrariamente a lo que muchos creen, la táctica en fútbol no se reduce a la disposición inicial de los jugadores sobre el terreno de juego (defensas, centrocampistas y delanteros), sino que hace referencia a todos aquellos movimientos colectivos, desde los más simples a los más complejos, que un equipo realiza premeditadamente.
El Athletic, club de referencia en España y en el mundo, con una historia ejemplar de más de cien años, fue el centro de las críticas en la temporada 2003/04, cuando el pintor Darío Urzay diseñó una prenda bautizada popularmente como la camiseta del ketchup. Pasaron 4 años y el club no consiguió clasificarse entre los mejores hasta el año de 1987, cuando logró el tercer lugar, por detrás de Millonarios y América, y el cuarto lugar en el año de 1988, por detrás de Nacional, Millonarios y América. Se llegó así al 23 de diciembre, día en el que se produjo el primer enfrentamiento con el que años después sería su acérrimo rival, el Foot-ball Club Barcelona.
Eliminado en octavos de final, Uruguay finaliza su participación en el Mundial dejando una imagen polémica, con la mordida de Suárez, la ausencia de alternativas ante su suspensión, el nivel disminuyente de sus figuras que habían brillado años atrás, y la falta de recambio generacional que siembra dudas de cara al futuro. La FIFA por su parte hizo caso omiso a las quejas europeas debido a que el viejo continente estaba aún maltrecho por la Primera Guerra Mundial, mientras que Uruguay gozaba de paz y estabilidad económica; así, el primer Mundial se desarrolla en Uruguay.
El pecho, la cabeza, las piernas y, en especial, camisetasdefutbolbaratas com la parte interior del pie y los muslos son superficies habituales en los controles. Posee una intensidad especial, la cual se ve potenciada al incidir sobre ella la luz ultravioleta del sol. Al principio, las combinaciones incidían sobre todo en el aspecto ofensivo, colocando en el ataque a muchos jugadores y a muy pocos en las labores defensivas. Además de la sanción contra el equipo, las conductas antideportivas pueden ser castigadas individualmente con tarjeta amarilla o roja, dependiendo de la gravedad de la acción. La amonestación con una tarjeta amarilla a un jugador representa un primer aviso; si el infractor persiste en su comportamiento, puede volver a ser amonestado, mostrándosele, esta vez, una segunda tarjeta amarilla que se traduce en una tarjeta roja, lo que significa que debe abandonar el terreno de juego.
La coberturas serían el equivalente defensivo de los apoyos: uno o varios compañeros ayudan a otro en su labor de marcaje para que, en caso de ser superado por el jugador rival, éste se encuentre inmediatamente con un nuevo obstáculo. En el marcaje «al hombre» o individual, cada jugador se encarga de vigilar específicamente a un adversario en concreto; en el marcaje zonal o por zonas cada defensor se encarga de proteger una zona determinada del terreno de juego, con independencia de los contrarios que la ocupen; el marcaje mixto es una combinación de ambos. Si te haces con una pulsera fitness que hace las veces de reloj inteligente controlarás que verdaderamente te estás cuidando.
Entre las acciones defensivas más características cabe citar el corte o intercepción del balón jugado en ataque por el contrario, y el despeje, que aleja todo lo posible el balón de la propia portería, lanzándolo si es preciso fuera de los límites del terreno de juego. Habitualmente el pase apunta hacia un jugador desmarcado, pero los grandes centrocampistas asombran al público con sus pases «al hueco»: desplazan el balón hacia una zona del terreno en la que no parece haber nadie y a la que llega de pronto un compañero corriendo desde atrás. Además, jugó como defensa izquierdo el «”marino” Dokú, en un puesto que no es el suyo y naturalmente dejó libre al peligroso Reggi».
No pudo clasificar a los cuadrangulares semifinales y el equipo terminó en el puesto 11 con 26 puntos. Los apoyos y las coberturas, por último, son acciones características de los juegos de equipo. Todos los jugadores han de dominar tanto las técnicas de control del balón como las de conducción. Los jugadores con buena conducción son capaces de correr con el balón pegado a los pies sin perder la posesión del mismo.
Hay dos tipos: control simple, realizado con la sola voluntad de frenar el impulso del balón y apropiárselo, y control orientado, en el que, además de dominar la pelota, se pretende que el esférico quede en una determinada posición para poder jugarlo a conveniencia. Está demostrado: con un cepillo de dientes eléctrico se consigue una limpieza bucal 10 veces superior que con los modelos manuales. Ya a comienzos del siglo XX existía una estructuración en las posiciones de los jugadores sobre el terreno de juego, con unos que defendían y otros que atacaban. Dentro de todos los sistemas de juego se dan múltiples variantes, relacionadas con la vocación ofensiva o defensiva del equipo, con las características individuales de los propios jugadores y también con el sistema de juego del contrincante.